Guerra

19.12.2020

Si te pregunto ¿Qué necesitas dejar a un lado para servir fielmente al Señor?

¿Qué hábito o patrones cotidianos están reteniendo o limitando tu objetivo de vivir para YESHUA?

Talvez digas: la televisión, la comida, ir de compras, hablar con mis amig@s.

La verdad es mucho más profundo, obedecer a Dios es una lucha constante, empezando por celebrar lo santo y no lo profano, en festejar sus verdaderas fiestas, estamos a puertas de una gran fiesta PAGANA como es la Navidad, el Diablo pelea contra todos los esfuerzos por conocer a Dios y seguirlo, se mueve en total silencio, sembrando en tu mente pensamientos y deseos que serpentean y se retuercen, demandando tu atención. Pablo lo describió exactamente como la guerra que se pelea en nuestro cuerpo, en donde las únicas armas que podemos usar para pelear esta guerra se encuentra en la Palabra de Dios, ya que no podemos afrontar estas batallas en soledad, necesitamos que la fuerza de Dios nos ayude a mantenernos constantes, seguramente te estás preparando para celebrar su Fiesta creada por el hombre, esta Fiesta PAGANA es tan concurrida cada año en todo el mundo, y nos hemos olvidado lo que verdaderamente importa, lo que en verdad nuestro amado Padre nos invita a celebrar en LEVÍTICO 23, el mundo, las mentiras de la iglesia católica, líderes que prefieren ocultar la verdad, pastores que por su comodidad han decidido engañar a la gente con mentiras del diablo y han corrompido el corazón de la mayoría de personas, en 2 de Corintios nos dice claramente: Y no es maravilla por que el mismo Satanás se disfraza como Ángel de Luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.

Es momento que te quites la venda que tienes, ya que te librarás del juicio de los hombres, pero del juicio de Dios nunca.

!Decide¡, quieres servir a tu creador, quién te dio el aliento, te formó a su imagen y semejanza y ser barro en sus manos, o quieres servir al mundo¡ 

Recuerda

Cápsula Bíblica

1 de Juan 2: 15-17

No ameís al mundo, ni las cosas que están el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

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