La Herencia

Tienes la oportunidad de comenzar una descendencia de Fe en tu familia, si es que todavía no ha comenzado.

La oportunidad de legar las verdades y la alegría de una vida lleva de verdad es una responsabilidad que no tiene que tomarse a la ligera.

Si tus hijos ven que tu Fe "funciona", estarán mucho más dispuestos a hacer de la Fe en Dios un camino de vida para sí mismos.

En la medida que ellos puedan ver la verdad del evangelio incorporada a tu vida, aprenderán a hacer lo mismo y entonces, algún día en el futuro, transmitirán el mismo estilo de vida a sus hijos.

Cápsula Bíblica:

Mateo 6:19-20

No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Por ello enseñemos el verdadero tesoro a nuestros hijos, ya que al llegar el fin de nuestra vida en este mundo, no importará cuántos pares de zapatos tengamos, de cuántos metros cuadrados sea nuestra casa, qué tipo de auto conduzcas o , incluso, cuantos títulos acompañen tu nombre.

Sencillamente, no importa qué hayas acumulado en esta tierra. Esta vida es la transición a un lugar mejor. 

Por supuesto, tienes que disfrutar la vida, pero no te dediques a acumular éxitos mundanos o materiales. 

Usa esta vida para almacenar tesoros en el cielo y que mayor tesoro la herencia que vas a dejar a tus hijos, a tu generación, enseñándoles lo santo y no lo profano, amando y sirviendo a Dios y a los demás.

Ese es el tesoro que a la larga hará diferencia.